Con apenas 23 años, sólo le falta la tesis para recibirse de arquitecta. En su tiempo libre integra un equipo de fútbol femenino, lo que intercambia con un microemprendimiento de huevos de Pascua y bombones de chocolate. Para cubrir sus gastos trabaja con su hermano arquitecto y, entre otros desafíos, participó en el proyecto “Un techo para Chile”, donde junto con otros mendocinos construyó casas para los perjudicados por el terremoto que azotó a ese país.
“Pinto, cocino, sé peinar... no puedo quedarme quieta”, señala la bella rubia de ojos verdes, quien representó al distrito de San Francisco del Monte.
Flor fue tentada para participar en la elección departamental en varias oportunidades, pero no lo hizo porque quería sentirse madura.
“Cuando tenía 18 años tuve la posibilidad, pero me veía poco preparada. Hay que madurar un montón de cosas para disfrutar del reinado desde otro punto de vista. A los 18 por ahí lo tomás como un juego”, interpreta al respecto, y ve como una ventaja por sobre las demás candidatas el haber terminado una carrera. “Sólo por las vivencias que tengo encima y el sentido de la responsabilidad”, aclara al respecto.
“Un voto para…”
“Soy la única mujer de tres hermanos: Juan José, Juan Miguel y Marcos. Por eso el fútbol siempre estuvo presente en mi casa. Pero, además, con mis amigas lo vimos como una posibilidad de pasar más tiempo juntas”, cuenta Florencia, quien integra el equipo Tarjeta Rosa y participó en varios torneos femeninos locales.
“En mi familia me inculcaron el deporte, pero está bueno, porque mis hermanos podrían ser celosos en otros aspectos y no lo son. Están más entusiasmados que yo con esto del reinado”, cuenta Morralla, y señala que su padre es otro apasionado de Vendimia. “Desde que tengo uso de razón, durante cada elección nacional, mi papá Miguel me decía: ‘Un voto para Guaymallén’, insistiendo en que yo lo saludara ‘como reina’”, recuerda la futura arquitecta.
Además de su pasión futbolera, Florencia tiene un costado gastronómico: “Hace cinco años elaboro huevos de Pascua y ahora incursioné con los bombones. Es para cubrir mis gastos y porque me encanta desarrollar proyectos”.
Tantas experiencias la ayudaron a ver la fiesta de los mendocinos y la competencia por la corona nacional desde otro lugar: “Tener atributos te da cierto poder. En el Festival del Camote, donde estrené mi corona, se me acercó un chico para decirme que le diera trabajo a la madre así vivían un poco mejor. Y entonces empecé a darme cuenta de la importancia de la reina en el imaginario colectivo”. (Diario UNO)
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